Israel y Hezbolá reanudaron los ataques con misiles entre sí el martes por la mañana, tras el día más mortífero en Líbano desde 2006.
Las autoridades libanesas afirman que una masiva descarga israelí mató al menos a 560 personas el lunes, lo que llevó a miles de personas a huir del sur de Líbano. Israel y Hezbolá, organización terrorista interpuesta por Irán, siguen al borde de una guerra total.
Hezbolá afirma haber lanzado misiles contra ocho objetivos diferentes en Israel a primera hora del martes. El ejército israelí dijo que rastreó 55 cohetes disparados desde Líbano y que cayeron en Israel.
Las fuerzas israelíes afirman que han seguido llevando a cabo decenas de ataques aéreos contra objetivos de Hezbolá dentro de Líbano, y que la artillería y los tanques siguen atacando objetivos cercanos a la frontera.
Israel afirma que está atacando células de Hezbolá y depósitos de armas en todo el país.
Los datos de los satélites estadounidenses de seguimiento de disparos analizados el martes por The Associated Press mostraron el amplio alcance de los ataques aéreos israelíes dirigidos contra el sur de Líbano, que abarcan una zona de más de 650 millas cuadradas.
Estos satélites, que forman parte del Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos de NASA, se utilizan normalmente para rastrear incendios forestales en zonas rurales de EEUU, pero también pueden utilizarse para rastrear los destellos y la combustión que siguen a los ataques aéreos. Esto es especialmente cierto cuando un ataque aéreo enciende material inflamable en el suelo, como municiones o combustible.
Altos cargos israelíes mantienen que no quieren que el conflicto con Hezbolá se convierta en una guerra total. El presidente israelí, Isaac Herzog, declaró el domingo que la consolidación de armas y equipos en la frontera entre Israel y Líbano no es una preparación para una invasión.
Mientras tanto, el portaaviones USS Trumandos destructores y un crucero zarparon de Norfolk, Virginia, rumbo al Mediterráneo en un despliegue programado regularmente, lo que abre la posibilidad de que Estados Unidos pueda mantener cerca tanto al Truman como al portaaviones USS Abraham Lincoln, que se encuentra en el Golfo de Omán, en caso de que estalle más violencia.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin , mantuvo llamadas consecutivas con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante el fin de semana, en las que presionó para lograr un alto el fuego y una reducción de las tensiones en la región.
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"Dadas las tensiones, dada la escalada, como he destacado, existe la posibilidad de un conflicto regional más amplio. No creo que hayamos llegado todavía a ese punto, pero es una situación peligrosa", declaró el lunes el general de división Pat Ryder.
The Associated Press ha contribuido a este informe.