El dictador de Corea del Norte hizo un raro reconocimiento de las malas condiciones de vida en su país en una reunión gubernamental celebrada esta semana.
En un discurso pronunciado el jueves ante el Partido de los Trabajadores de Corea, el líder supremo, Kim Jong Un, afirmó que hay que abordar la disparidad en la calidad de vida entre el campo y las ciudades.
"Hoy en día, el hecho de no proporcionar satisfactoriamente a la población de las zonas locales los artículos de primera necesidad, como condimentos, alimentos y bienes de consumo, se ha convertido en un grave problema político que nuestro Partido y nuestro gobierno no pueden eludir nunca", dijo el dictador ante la asamblea, según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA).
Kim instó a cualquier funcionario del gobierno que se quedara de brazos cruzados mientras se deterioraba la calidad de vida a "admitir sin decir una palabra ni una excusa" que eran incapaces de llevar a cabo el programa del Partido del Trabajo de Corea.
El líder supremo habló en una serie de declaraciones sinuosas y ampulosas mientras lamentaba el trato que reciben las comunidades rurales pobres.
A los miembros del Partido del Trabajo les dijo: "Como ahora estamos en el curso de efectuar un gran cambio para el proyecto de desarrollo del campo, que ya fue levantado, a través de una gran lucha, plenamente conscientes de la importancia y la urgencia de la construcción de una nueva construcción rural ideal socialista a la luz de la exigencia de la fase de viraje para marcar el comienzo de un período de desarrollo integral socialista, es más fácil decirlo que hacerlo para emprender y llevar a cabo estrictamente el desarrollo general de la industria regional, otro frente y otra gran etapa revolucionaria", dijo Kim, según la KCNA.
El discurso ante el partido fue un raro momento de honestidad interna para el régimen, normalmente predispuesto a abanderar cuestionables afirmaciones de buen gobierno y bienestar social.
Corea del Norte sigue siendo uno de los países más pobres del mundo debido a la mala gestión económica y a las sanciones internacionales generalizadas que pesan sobre su comercio.
"Corea del Norte había concentrado sus recursos en Pyongyang para asegurarse el apoyo al régimen entre su núcleo de población. Pero los recursos se han vuelto más escasos en medio de las continuas sanciones", declaró un funcionario del Ministerio de Unificación surcoreano, según la agencia de noticias Yonhap.
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Corea del Norte ha roto ostensiblemente con Corea del Sur en las últimas semanas, anunciando el fin de cualquier campaña que busque siquiera superficialmente la reunificación.
El régimen de Kim citó como motivo de la ruptura las continuas maniobras militares cerca de las fronteras del país y la presión ejercida en respuesta a las pruebas norcoreanas de drones con capacidad nuclear.