Miles de personas se han manifestado en la capital de Serbia al grito de "¡Ladrones!" y acusando a las autoridades populistas del presidente Aleksandar Vucic de orquestar un fraude durante las recientes elecciones generales.
La gran concentración del sábado en el centro de Belgrado culminó casi dos semanas de protestas callejeras contra las supuestas irregularidades generalizadas durante los comicios parlamentarios y locales del 17 de diciembre, que también fueron señaladas por observadores internacionales.
El Partido Progresista Serbio, en el poder, fue declarado vencedor de las elecciones, pero la principal alianza de la oposición, Serbia Contra la Violencia, ha afirmado que las elecciones fueron robadas, sobre todo en la votación para elegir a las autoridades de la ciudad de Belgrado.
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Serbia Contra la Violencia ha protagonizado protestas diarias desde el 17 de diciembre exigiendo que se anulen y repitan los comicios. Las tensiones se han disparado tras los incidentes violentos y las detenciones de partidarios de la oposición en una protesta el pasado fin de semana.
La multitud presente en la manifestación del sábado rugió de aprobación ante la aparición de Marinika Tepic, destacada política de la oposición que lleva en huelga de hambre desde la votación. Al parecer, la salud de Tepic se ha visto comprometida y se esperaba que fuera hospitalizada tras aparecer en el mitin.
"Estas elecciones deben repetirse", dijo a la multitud una Tepic de aspecto frágil, saludando débilmente desde el escenario y diciendo que no tenía fuerzas para pronunciar un discurso más largo.
Otro político de la oposición, Radomir Lazovic, instó a la comunidad internacional a "no permanecer en silencio" y a crear una comisión que investigue las irregularidades y presione a las autoridades para que celebren unas nuevas elecciones libres y justas.
Tras los discursos, los participantes marcharon junto a la sede de la comisión electoral estatal hacia el Tribunal Constitucional de Serbia, que decidirá en última instancia sobre las reclamaciones electorales.
Un manifestante de Belgrado, Rajko Dimitrijevic, dijo que había acudido a la concentración porque sentía "humillación" y la "adulteración de la voluntad popular".
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Ivana Grobic, también de Belgrado, dijo que siempre se había unido a las protestas "porque quiero una vida mejor, quiero que las instituciones de este país hagan su trabajo".
No estaba claro de inmediato si se reanudarían las protestas de la oposición ni cuándo. La concentración del sábado fue organizada por una iniciativa cívica independiente, ProGlas, o pro-voto, que había hecho campaña en favor de una alta participación antes de los comicios.
El líder del partido gobernante, Milos Vucevic, dijo que el "escaso número de manifestantes" en la concentración del sábado demostraba que "la gente no los quiere (a la oposición)".
La oposición ha instado a que se lleve a cabo una investigación internacional de los comicios, después de que representantes de varios organismos de vigilancia internacionales denunciaran múltiples irregularidades, como casos de compra de votos y relleno de urnas.
Los observadores locales de las elecciones también denunciaron que se registró a votantes de toda Serbia y de países vecinos, que fueron trasladados en autobús para votar en Belgrado. Vucic y su partido han rechazado los informes por considerarlos "inventados".
La reunión del sábado se organizó simbólicamente en una zona céntrica de Belgrado que, a principios de la década de 1990, fue escenario de manifestaciones contra la política belicista y antidemocrática del hombre fuerte Slobodan Milosevic.
Hoy en día, los críticos afirman que Vucic, que fue aliado ultranacionalista de Milosevic en la década de 1990, ha reinstaurado esa autocracia en Serbia desde que llegó al poder en 2012, al asumir el control total de los medios de comunicación y de todas las instituciones estatales.
Vucic ha dicho que las elecciones fueron justas y que ganó su partido. Acusó a la oposición de incitar a la violencia en las protestas con el objetivo de derrocar al gobierno siguiendo instrucciones del extranjero, lo que los líderes de la oposición han negado.
El domingo por la noche, los manifestantes intentaron entrar en el ayuntamiento de Belgrado, rompiendo ventanas, antes de que la policía antidisturbios los repeliera utilizando gas lacrimógeno, espray de pimienta y porras. La policía detuvo al menos a 38 personas.
Serbia aspira formalmente a ingresar en la Unión Europea, pero la nación balcánica ha mantenido estrechos vínculos con Moscú y se ha negado a sumarse a las sanciones occidentales impuestas a Rusia por la invasión a gran escala de Ucrania.
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Funcionarios rusos han prestado pleno apoyo a Vucic en la represión de los manifestantes y han respaldado sus afirmaciones de que la votación fue libre y justa.