El sistema sanitario estadounidense está roto. Los conflictos de intereses dominan la estructura, acabando con cualquier posibilidad que tengamos de conseguir una nación más sana. Los pacientes pagan más y siguen enfermos. Los políticos discuten y nada cambia.
Pero este problema presenta una oportunidad única para nuestra fracturada sociedad: comodijo la semana pasada la copresentadora de "Fox and Friends Weekend" Rachel Campos-Duffy, la mejora de los resultados sanitarios puede ser la cuestión más unificadora de nuestro tiempo.
En 2019, sin grandes alardes, la administración Trump hizo ajustes vitales para sentar las bases de la transformación del actual sistema de enfermedades crónicas, que mantiene a los pacientes enfermos, en un verdadero sistema sanitario que mejore a las personas.
Bajo el liderazgo de Seema Verma, entonces directora de los sistemas Medicaid y Medicare de nuestra nación, desarrollamos una infraestructura crucial para demostrar el potencial transformador de los sistemas integrados de asistencia sanitaria. En pocas palabras, se añadieron cuatro nuevos códigos de facturación Medicare para financiar la gestión de los cuidados crónicos y la monitorización continua de enfermedades a distancia.
5 PASOS HACIA UN NUEVO ENFOQUE DE LA REFORMA SANITARIA
Con ello, marcamos el rumbo para hacer frente a más del 75% de los 4 billones de dólares anuales de costes sanitarios de la nación: la gestión de las enfermedades crónicas. Antes de que pudiéramos aplicar esta sencilla reforma bipartidista, la pandemia de coronavirus se apoderó del mundo. Las prioridades cambiaron rápidamente.
Estos códigos, y el trabajo que se hizo para establecerlos, siguen siendo la base de una reforma fundamental. El próximo gobierno, republicano o demócrata, debe continuar ese trabajo para transformar los problemas estructurales de la atención sanitaria. Esto reducirá los costes al tiempo que mejorará la salud de nuestra nación.
Nuestros problemas se deben al conflicto de intereses entre los proveedores de asistencia sanitaria y las aseguradoras. Los proveedores están incentivados para maximizar las visitas y los tratamientos de los pacientes; las aseguradoras se esfuerzan por minimizar los pagos. Este desajuste plaga nuestra nación de asistencia fragmentada, costes más elevados y malos resultados para los pacientes.
De hecho, este conflicto mata.
Para solucionarlo, debemos integrar los servicios de asistencia sanitaria con las funciones de las aseguradoras en un modelo unificado. Integrados y alineados, los proveedores de asistencia sanitaria y las aseguradoras trabajan juntos para mejorar los resultados sanitarios de los pacientes.
Aprovechando también tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y el "internet de las cosas" (IoT), crearemos un compromiso continuo y proactivo con los pacientes, sobre todo con los que padecen enfermedades crónicas. Este modelo proporciona atención personalizada e intervenciones tempranas, reduciendo la necesidad de costosos tratamientos de urgencia y hospitalizaciones.
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El objetivo principal de este modelo es el bienestar del paciente y la mejora de los resultados. La monitorización de la IA ayuda a predecir los problemas de salud y permite intervenciones oportunas que evitan complicaciones y mejoran enormemente los resultados de los pacientes. Y lo que es más importante, la gestión eficaz de las enfermedades crónicas también reduce los costes generales del sistema sanitario.
La monitorización continua y el análisis de datos permiten una mejor evaluación y gestión del riesgo. Las aseguradoras pueden ajustar dinámicamente las primas en función de los datos sanitarios en tiempo real, recompensando a los pacientes por los comportamientos saludables y el cumplimiento de los planes de tratamiento. Esto incentiva a los pacientes a cuidar mejor de su salud y reduce el riesgo financiero de las aseguradoras al minimizar las reclamaciones de alto coste.
La integración también supone un importante ahorro de costes al reducir los gastos administrativos y eliminar procesos redundantes. Con un sistema unificado, hay un flujo continuo de información entre pacientes, proveedores de asistencia sanitaria y aseguradoras. Esto conlleva una mejor utilización de los recursos y una mayor eficacia operativa, al tiempo que se mejoran los flujos de trabajo que ponen de relieve la prevención.
El ahorro puede reinvertirse en la atención al paciente y en avances tecnológicos. Esto mejorará aún más el sistema y la salud de nuestra nación.
Para los proveedores de asistencia sanitaria ya integrados, como el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh y Kaiser Permanente, el modelo mejora las métricas cruciales para el éxito: un compromiso más constante de los pacientes y mejores resultados sanitarios.
Los proveedores podrán priorizar su tiempo a quienes más se beneficien, mientras los médicos supervisan las interacciones rutinarias impulsadas por la IA. Mientras tanto, los pacientes, mucho más sanos, disfrutarán de una atención personalizada y de primas de seguro más bajas.
Los avances tecnológicos son clave para abordar los continuos problemas estructurales de la atención sanitaria. La IA y los dispositivos IoT controlan la salud de los pacientes en tiempo real, detectando a tiempo posibles problemas de salud y facilitando intervenciones oportunas. Por ejemplo, la IA puede ayudar a evaluar e identificar a los pacientes con alto riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, lo que permite adoptar medidas preventivas para evitar problemas de salud graves.
Comprendiendo e implicando los comportamientos de los pacientes, podemos fomentar el cumplimiento de los planes de tratamiento y la elección de estilos de vida saludables. Para reducir la frecuencia y gravedad de los siniestros, se puede instar a los pacientes con enfermedades crónicas a que adopten un comportamiento más saludable: los textos de "hoy no más dulces" pueden salvar vidas.
El modelo integrado tiene implicaciones de gran alcance tanto para el sector de la asistencia sanitaria como para el de los seguros. Desafía los silos tradicionales y fomenta un enfoque colaborativo de la prestación de asistencia sanitaria y la gestión de los seguros. Al alinear los objetivos de ambos sectores, el modelo garantiza que los incentivos económicos se dirijan a mantener y mejorar la salud del paciente, no sólo a gestionar la enfermedad.
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Este cambio hacia un enfoque proactivo y centrado en el paciente es especialmente transformador para la gestión de las enfermedades crónicas, que son las principales generadoras de costes en el sistema sanitario. Con el compromiso continuo y la atención personalizada que el Director Verma prevé para 2019, los pacientes con enfermedades crónicas pueden conseguir mejores resultados sanitarios. Esto ahorra dinero y vidas.
El futuro de la asistencia sanitaria es claro y bipartidista: un sistema integrado centrado en la mejora de los resultados sanitarios. Basado en la infraestructura que establecimos en 2019, este modelo aprovecha las tecnologías avanzadas y un enfoque unificado de la asistencia sanitaria y los seguros, prometiendo mejoras sostenibles y ampliables, y una mejor asistencia para todos.