Scott Bessent revela cómo encaja la criptomoneda en el panorama económico de la administración Trump
El secretario del Tesoro Scott Bessent, responde a la incertidumbre económica y desglosa los objetivos fiscales y de criptomoneda del presidente Donald Trump en 'My View with Lara Trump'.
La historia registrará la adopción por Washington de los activos digitales este año como un punto de inflexión para la próxima era de dominio del dólar estadounidense. Tanto la administración Trump como el Congreso están dando prioridad a un enfoque de "Estados Unidos primero" respecto a la cadena de bloques, asegurándose de que seamos nosotros quienes definamos cómo se utilizan, comercian y crean estos nuevos activos digitales en nuestro país y en el extranjero.
Nuestra oportunidad ahora es asegurarnos de que damos forma a esta tendencia para que sirva a las empresas y familias estadounidenses. Si queremos que el dólar sea la moneda de la era digital, Washington debe actuar para que así sea.
La buena noticia es que están surgiendo avances duraderos y bipartidistas. El Comité Bancario del Senado acaba de aprobar la primera legislación de su clase para una parte clave del ecosistema blockchain -las stablecoins- en una votación aplastante por 18 votos a favor y 6 en contra. La Cámara de Representantes parece dispuesta a seguirle con su versión.

La fortaleza del dólar estadounidense no es sólo una cuestión de orgullo nacional: tiene beneficios tangibles para las empresas y las familias estadounidenses. (Igor Golovniov/SOPA Images/LightRocket vía Getty Images)
Este impulso del Congreso refleja un imperativo nacional compartido de competitividad económica y tecnológica. Las stablecoins son dólares digitales que se mueven de forma segura, instantánea y libre en redes blockchain. No son criptomonedas como Bitcoin , que tienen una volatilidad de precios significativa. Las stablecoins son activos totalmente reservados, lo que significa que su valor siempre está vinculado uno a uno con el dólar estadounidense.
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Las stablecoins son también una herramienta clave para modernizar el dólar para la era digital, haciendo que todo tipo de transacciones sean más baratas, seguras y eficientes. Si se regulan adecuadamente, pueden consolidar el dólar estadounidense como la moneda más utilizada en el sistema financiero de Internet, en rápido crecimiento, consagrando en el proceso la fortaleza económica estadounidense para la próxima generación. Así lo afirmó el presidente Trump en la Cumbre de Activos Digitales de Blockworks, instando al Congreso a aprobar una legislación de "sentido común" y afirmando que las stablecoins respaldadas por el dólar "desencadenarán una explosión de crecimiento económico y... ampliarán el dominio del dólar estadounidense".
Este cambio en la política financiera estadounidense hacia el blockchain puede parecer repentino, pero lleva años gestándose, desde que yo formaba parte de la primera administración Trump. Y refleja la tendencia estructural de digitalización que ya ha remodelado todos los sectores, aparte del financiero, en las últimas décadas.
Como explicó David zar de la IA y las criptomonedas de la Casa Blanca David Sacks, "los activos financieros están destinados a convertirse en digitales como cualquier otra industria analógica se ha convertido en digital y queremos que esa creación de valor se produzca en Estados Unidos".
La Oficina del Interventor de la Moneda (OCC) reforzó recientemente este cambio anunciando que los bancos nacionales pueden emitir y procesar stablecoins, lo que supone un gran paso hacia la integración de estos dólares digitales en el sistema bancario tradicional.
Esta medida legitima las stablecoins como componente básico de la infraestructura financiera estadounidense y proporciona a las instituciones reguladas claridad para operar en este mercado. Y lo que es más importante, las stablecoins sólo pueden desempeñar este papel si están sujetas a normas federales claras sobre reservas, transparencia y reembolso uno por uno, características clave que inspiran confianza.
Afortunadamente, los proyectos de ley que se están tramitando en ambas cámaras del Congreso son prometedores. Cualquier buena ley garantizaría que los consumidores estén protegidos de los tokens que se hacen pasar por stablecoins de pago y que no se adhieren al estado de derecho y a la supervisión de Estados Unidos.
Los emisores de stablecoin deben estar obligados a revelar públicamente sus reservas y estar abiertos a auditorías independientes que confirmen esas revelaciones. Y también debemos asegurarnos de que las empresas estadounidenses compiten en igualdad de condiciones con los emisores extranjeros y de que se les incentiva para que construyan y crezcan aquí, en Estados Unidos.
La fortaleza del dólar estadounidense no es sólo una cuestión de orgullo nacional: tiene beneficios tangibles para las empresas y las familias estadounidenses. Un dólar dominante y estable significa menores costes de endeudamiento para las empresas y los propietarios de viviendas, ya que la demanda mundial de activos denominados en dólares ayuda a mantener más bajos los tipos de interés. También se traduce en puntos de venta mucho más eficientes para los comerciantes, lo que reduce los costes para minoristas y consumidores.
Un dólar fuerte ayuda a frenar la inflación al hacer más asequibles las importaciones, garantizando que los hogares estadounidenses conserven una mayor parte de su poder adquisitivo. Cuando el dólar sigue siendo el patrón mundial, los trabajadores y las empresas estadounidenses se benefician de un acceso más fácil al capital y a las oportunidades comerciales, reforzando el liderazgo económico de Estados Unidos.
El esfuerzo por preparar el dólar estadounidense para la era digital es una cuestión poco frecuente que resuena en todo el espectro político. Para los republicanos, refuerza la innovación y la competitividad de Estados Unidos frente a los adversarios mundiales. Para los demócratas, representa una oportunidad de modernizar la infraestructura financiera, promover la inclusión económica y garantizar una sólida protección del consumidor.
Ambas partes reconocen que un marco de stablecoin bien regulado puede reforzar el papel del dólar en las finanzas mundiales, salvaguardando al mismo tiempo la seguridad económica interna.
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Las stablecoins no son sólo un avance tecnológico; representan una evolución en el tejido mismo de las finanzas mundiales. Si se aprovechan correctamente, asegurarán la preeminencia del dólar durante generaciones.
Con visión estratégica y claridad normativa, Estados Unidos puede aprovechar esta oportunidad y garantizar que el dólar siga siendo el ancla del sistema monetario internacional en la era digital. Este podría ser otro momento de legado para el presidente Donald Trump y los líderes del Congreso.