La decisión de divorciarse puede parecer a veces la salida más fácil para una pareja en apuros. Mi esposa Kathy y yo llevamos casados más de 40 años, pero en múltiples ocasiones durante los primeros 27 años, tanto Kathy como yo quisimos poner fin a nuestro matrimonio.
Afortunadamente nunca quisimos divorciarnos al mismo tiempo. Uno de los dos siempre estaba dispuesto a luchar por nuestra familia.
Estuvimos al borde del divorcio no sólo unas cuantas veces, sino demasiadas para contarlas, empezando en el segundo año, antes de enterarnos de que venía nuestro segundo hijo. Si hubiéramos tomado este camino, muchas de nuestras vidas serían diferentes hoy, sobre todo si nos hubiéramos rendido en los primeros años.
Para cualquiera que se plantee una elección que cambie su vida, es importante hacer una pausa y reflexionar sobre lo que realmente importa en el matrimonio. He aquí cinco ideas clave que compartiría con cualquier pareja joven que se plantee ese camino.
La comunicación es la clave
La base del éxito de cualquier relación reside en una comunicación abierta y sincera. Cuando surgen problemas, es crucial sentarse con tu compañero de vida y tener esas conversaciones difíciles. Fracasamos estrepitosamente en esto durante la mayor parte de los primeros 30 años. Las verdades parciales o sacar a relucir viejos asuntos provocaban un terrible aislamiento por parte de Kathyy me mantenían en control, algo que no merecía ni me hacía mejor líder. Mirando atrás, fui débil.
Evitar los conflictos y esconderlos bajo la alfombra sólo permitía que se acumulara el resentimiento en Kathy. Mi forma de reconciliarme era el sexo. Una vez hecho eso, pensé que se había acabado, pero no fue así para Kath. No era nada que yo supiera en aquel momento, ya que ella no estaba preparada para tratar conmigo y mi naturaleza controladora, que era realmente supervivencia para mí.
Si compartís vuestros pensamientos, sentimientos y preocupaciones de forma afectuosa, como hicisteis cuando erais novios, en un ambiente tranquilo el uno con el otro, podréis trabajar juntos para que os escuchen y encontrar soluciones, y así trabajar en el fortalecimiento de vuestro vínculo.
Recuerda que tu cónyuge no es tu enemigo. Establece tus conversaciones teniendo eso en cuenta, quizá incluso empezando con una pequeña oración, como "Señor, ayuda a que nuestros corazones se ablanden el uno por el otro y ayúdanos a comprendernos mejor", ¡en el nombre de Jesús!
PAREJAS CASADAS DURANTE MÁS DE 50 AÑOS COMPARTEN LOS SECRETOS DEL AMOR DURADERO
Recuerda que no debes estar libre de conflictos, sino aprender a trabajar a través de ellos. He oído decir: "Si siempre estáis de acuerdo, uno de los dos no es necesario".
Busca apoyo y orientación
Ninguna pareja tiene todas las respuestas, sobre todo cuando se enfrenta a momentos superdesafiantes. No dudes en buscar el apoyo de amigos de confianza o, sobre todo, de una pareja que lleve casada más tiempo que tú y parezca tenerlo todo junto, es decir, lo que tú esperabas que pudiera ser tu matrimonio algún día. Quizá algún familiar.
Ten cuidado de no relacionarte con personas que tomen partido, ya que quieres personas que estén del lado de tu matrimonio. Un consejero profesional también podría ser una solución, pero asegúrate de que la persona es adecuada para los dos.
Kath y yo tuvimos buenos y malos consejos; uno malo puede perjudicarte más que ayudarte. Asegúrate de hacerles algunas preguntas básicas antes de comprometerte. Hablamos bastante de las diferencias en nuestro libro. Rodeaos de gente que eleve y anime vuestra relación, no tengáis miedo de pedir ayuda.
Céntrate en el panorama general
Cuando pienses en el divorcio, es importante dar un paso atrás y considerar las implicaciones a largo plazo de una decisión como ésta. No sólo el impacto sobre vosotros o vosotros mismos, sino también sobre vuestras familias, hijos y generaciones futuras.
Si cambias tu enfoque de las dificultades a corto plazo al legado que quieres dejar, puede que te sientas motivado para superar los retos y construir una relación más fuerte y resistente. Si nos hubiéramos divorciado en nuestro segundo año, el impacto en nuestra familia podría haber sido devastador. ¡No renuncies!
Redescubre o encuentra tus valores compartidos
En tiempos difíciles, es fácil perder de vista los valores y creencias que os unieron. Dedica tiempo a reavivar esos vínculos. Revisad las áreas que ambos apreciáis. Encontrad un terreno común. La obstinación no funciona. Nunca lo hará.
A Kath y a mí, comprometer nuestra relación con una vocación superior nos ayudó a reajustar nuestras prioridades y a encontrar el significado más profundo de nuestro matrimonio y Su propósito. Ya sea a través de prácticas espirituales, intereses compartidos u objetivos comunes, encuentra formas de fortalecer tu vínculo y alimentar tus conexiones.
HAZ CLIC AQUÍ PARA VER MÁS OPINIONES DE FOX NEWS
Acepta el crecimiento y el cambio
Las relaciones, como las personas, cambian con el tiempo. Aceptad el viaje juntos mientras ambos cambiáis, reconociendo que los retos pueden ser oportunidades de aprendizaje y transformación.
En lugar de ver las dificultades como malos obstáculos, vedlas como oportunidades para crecer más unidos. Adaptándoos y creciendo juntos, si unís vuestras cabezas y vuestros corazones podréis capear cualquier temporal y salir fortalecidos luchando el uno por el otro.
HAZ CLIC AQUÍ PARA OBTENER LA APLICACIÓN FOX NEWS
La elección de seguir casado no siempre es fácil. Puede ser muy gratificante cuando se aborda con paciencia, comprensión y voluntad de crecer. Dando prioridad a la comunicación, buscando apoyo, centrándose en los valores compartidos y abrazando el crecimiento, la mayoría de las parejas pueden atravesar momentos difíciles y construir una relación duradera y satisfactoria.
Recuerda que el amor es un viaje y un compromiso y que, con dedicación y perseverancia, puedes crear un matrimonio que resista la prueba del tiempo. Cuando reflexiono sobre la belleza de nuestro matrimonio, veo que procede de la fuerza de una unión centrada en Cristo. ¿Has olvidado quién creó el matrimonio?